sábado, 10 de diciembre de 2011

Músicos banda.

Tenemos por costumbre aceptada la idea de que, al menos, en general, una banda se constituye, como mínimo, de un batería, una o dos guitarras, un bajo y una voz. A partir de aquí, todo lo que se añada son extras que quedarán mejor (normalmente) o peor. Bien, mi intención en esta entrada es intentar romper con esa idea, y creo que lo voy a conseguir por el echo de que "una imagen vale más que mil palabras". Aplicado esto a un video, os podéis imaginar que no necesitará mucha explicación.

Mi cambio de visión comenzó a llegar en una de esas tardes en los que te metes por completo en el laberinto de "youtube", comenzando a mirar una cosa que te lleva a otra y finalizas a un mundo entero de donde comenzastes. Así es como descubrí a estos artistas que solo se bastan de si mismos para hacer el trabajo de 5.

Mi primer descubrimiento fue un músico llamado Andy McKee, especializado en el "fingerstyle", gracias al cual puede realizar tanto la melodía como el acompañamiento. Además si a esto sumamos su particular forma de golpear la caja de la guitarra acústica obtenemos como resultado que tan solo el se basta para hacer música que de verdad de
llena los oídos:


Siguiendo la lista de guitarristas que utilizan el mismo estilo nos encontramos con Erik Mongrain, quizás la diferencia que yo puedo encontrar es que Andy es más melódico y Erik es más técnico, como que busca de todas maneras juzguen ustedes:


Para finalizar, un último descubrimiento, además reciente, con la variación de que este último además de hacer cantar a la guitarra también canta él. Destaca su peculiar estilo, puesto que afina y desafina la guitarra para conseguir un curioso efecto en las canciones, ahí va algo de Jon Gomm!:


Aunque pueda extrañarnos este tipo de estilo no solo se queda en la guitarra, aunque he podido encontrar menos, los bajistas también pueden hacer uso del sonido percusivo del bajo para no necesitar más que a ellos mismos para conseguir el mismo efecto que los músicos anteriores. Siguiendo el mismo esquema, os comienzo presentando a Nathan Hughes, primer bajista de este estilo que conocí. Usa slap para conseguir el efecto percusivo, se ayuda de la quinta cuerda para la formación de acordes y la parte melódica está marcada por su voz, hora de disfrutar!:


Por último otro descubrimiento reciente, buscando videos sobre artistas callejeros me encontré con este bajista, a diferencia del anterior la parte melódica la hace también con el bajo, diferentes estilos pero el mismo efecto, un solo hombre, un solo instrumento y como resultado una canción completamente completa, valga la redundancia:


Espero que haya conseguido el efecto que quería al principio y mostraros que con un solo instrumento también se puede conseguir el efecto de toda una banda, y a veces incluso mejor, debido a la complejidad de hacer sonar completa una canción tan solo valiéndose de un solo instrumento. Un saludo!

martes, 6 de diciembre de 2011

Guns n´ Roses

No recuerdo con exactitud la primera vez que un disco de ellos cayó en mis manos, pero sé que fue durante los años de colegio, en los que no era lo habitual escuchar grupos de ese estilo. Un amigo me prestó durante un tiempo (en el que el cd llegó a echar humo) el "Appetite For Destruction". Apoyado en el criterio musical de su padre, me cedió un disco con doce temas que me engancharon de una forma hipnótica durante largas escuchas. Y es que no era para menos. No es un disco cualquiera; es EL DISCO por excelencia de GNR.

En aquellos días de los noventa, no llegamos a ver la portada que tanto dio que hablar (el robot violador), sino la que apareció después (tatuaje de la cruz). Actualmente tengo el vinilo de la primera edición (comprado en Londres, por cierto, visitando al amigo que muchos años antes me lo había prestado). 

Primera portada. Cuadro del robot violador, de Robert William.

Segunda  portada. Tatuaje de la cruz de Bill White Jr. y Andy Engell. 
Quedan como temas para la posteridad Welcome to the Jungle y Sweet Child O'Mine, sin embargo, para mí, temas como It's so easy o Nightrain quedan grabados en ese disco que disfruté como se hacía antes: escuchándolo una y otra vez, exprimiendo hasta la última nota, el último golpe de bombo, memorizando letras en inglés, sin saber qué demonios querían decir.

Solo en Estados Unidos vendieron quince millones de copias, pasando a ser el disco debut más vendido de los ochenta y uno de los discos con un rincón reservado en mi fonoteca particular.